miércoles, 14 de abril de 2010

Otra lección de este pueblo único

Mi corazón en ocasiones se adueña de mis actos, sobre todo cuando situaciones determinadas lo aceleran más que de costumbre, eso quizás le suceda a todos los seres humanos.

Para mí es el aviso de que pude percibir inconscientemente la importancia de un hecho, por ello, el sábado 10 de abril cobró inusitada valía, por cuanto ofreció en mi entorno sobradas lecciones de solidaridad.

La solidaridad es una virtud preponderante del pueblo cubano

La colega Esnoide, de la emisora provincia Radio Bayamo anunció unas horas antes que se enfrascaría en labores constructivas en su hogar, es decir, “echaría el pedazo de placa que le faltaba”. Se trata de una mujer viuda con dos hijos menores de edad.

No fue necesario ponerse de acuerdo, sencillamente, al amanecer el sábado, sus compañeros del departamento de Programación fueron llegando uno a uno. La primera fue la jovial Lourdes, quien anunció desenfadadamente que la merienda iba por ella, ya la traía elaborada, luego se le sumaron Anita (también con golosinas para comer), Olguita, Marisela, quien llevó consigo incluso a su hermano; Carlos… y varias personas más.

La “improvisada brigada” recibió una inyección de vecinos prestos a apoyar en cuanto fuera preciso, y el aporte de otros que suplieron la falta de algunos materiales.

Entre bromas, sudor y mucho esfuerzo transcurrió la mañana, y al filo del mediodía la faena quedó totalmente culminada.

Resultó sin dudas una gran lección, o mejor, otra, de amor, desinterés, colaboración, compañerismo y solidaridad.

Aunque a cosas así ya estamos acostumbrados, siempre que suceden mi corazón late aceleradamente, henchido de orgullo por ser parte de este pueblo único.

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