martes, 11 de mayo de 2010

Bayamo: Mi espléndida ciudad




Bayamo, hoy rebelde como ayer, es la mezcla de su historia apasionante, su clima cálido, su gente amable, y sus paisajes hermosos.

Bayamo es la ciudad que un día, hace 43 años se adueñó de mi corazón, para atraparme con sus encantos y hacerme disfrutar en mis más profundos sentidos, su esencia.

Al acercarme kilómetro a kilómetros desde Ciudad de La Habana, donde nací y residí hasta los 7 años de edad, Bayamo se me insinuaba pequeña y bonita, proporcionándome un sentimiento desconocido de pertenencia y admiración.

Nació hace más de 500 años, quizás con los taínos y según cuenta la historia el 5 de noviembre de 1513 es la fecha de su fundación.

No puedo definir si es su gente, su magia singular o esa riquísima historia, pero aquí me gustaría cerrar los ojos al final de mis días, cerca del sonido peculiar del coche tirado por caballos sobre las calles angostas.

Es la cuna de Carlos Manuel de Céspedes, iniciador de las guerras independentistas contra el colonialismo español. Su casa natal, ubicada en la Plaza del Himno, es uno los lugares más interesantes que atesoran los bayameses.

La iglesia San Salvador de Bayamo, hoy Catedral, donde en 1868 se cantó por vez primera el Himno Nacional que hasta estos días acompaña a los cubanos, es el único templo religioso que luce en su interior un cuadro mural cuyo contenido refleja un tema patriótico.

La ventana de Luz Vázquez aún siente los acordes de La Bayamesa, legendaria canción de donde le surgió a Bayamo, la siempre viva tradición de ofrecer en noches especiales, serenatas a sus mujeres.

La Historia resalta hombres y mujeres heroicos e insignes, hijos de una ciudad que el 12 de Enero de 1869 fue incendiada por sus habitantes quienes prefirieron dejarla en cenizas antes de entregar la libertad recién ganada a los españoles.

También aquí tuvo su espacio la operación revolucionaria del 26 de Julio de 1953, pues uno de los dos cuarteles asaltados por los jóvenes comandados por Fidel Castro Ruz, el Carlos Manuel de Céspedes, pertenece a esta ciudad y es hoy el museo Ñico López.

Situada en la región oriental, al sureste de la Isla y en medio del Valle del río Cauto, con una extensión territorial de 917,5 kilómetros cuadrados, se muestra verdaderamente espléndida mi ciudad, una mezcla perfecta de recuerdos coloniales y rejuvenecimiento.

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