lunes, 22 de febrero de 2010

Honestidad: un imperativo de siempre

Aunque el tema del rescate de valores humanos pueda parecer reiterativo por su amplio tratamiento en los medios de difusión masiva y por el vehemente llamado a recuperarlos, no lo es.
Tal afirmación responde a que cotidianamente topamos con acciones que así lo demuestran.

Al referirnos a los valores de los seres humanos podemos mencionar la honestidad, la sinceridad, el compañerismo, el respeto, la valentía, el patriotismo, el desinterés, el agradecimiento, la responsabilidad..., en fin, aquellos bienes universales que pertenecen a nuestra naturaleza como personas, mejorándola y perfeccionándola.

Cada cual antepone el valor que considera más importante, pero realmente cada uno sustenta a los demás, y juntos forman algo muy positivo, que ennoblece la existencia.

Muchos de los problemas existentes actualmente por la falta de honestidad y respeto de varios ciudadanos, pueden solucionarse, sobre todo y su cae sobre ellos con el mayor rigor el reglamento disciplinario.

Es igualmente un imperativo del momento el desempeño sistemático de los inspectores, en pos de impedir situaciones de este tipo.

La honestidad es la cualidad humana mediante la cual elegimos actuar siempre apegados a la verdad, es una expresión real de respeto por uno mismo, y por supuesto por los demás.

Ser honestos implica, además de franqueza, estar acordes con la realidad que nos circunda, ser objetivos, auténticos, tolerantes, dignos de confianza, congruentes con nuestro pensamiento, palabras y acciones.

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