lunes, 22 de febrero de 2010

Puente de solidaridad y amistad

Desde el nivel primario de enseñanza supe que era el Periodismo la carrera elegida, en ello influyeron de manera determinante mis maestros Nectora, Santos, Víctor y Urania, y realmente se los reconozco, sobre todo en ocasiones como ésta.
Hace un tiempo en la página cinco del semanario “La Demajagua” publiqué un reportaje titulado “Luz de esperanza”, referida al Centro de Retinosis Pigmentaria de Manzanillo, y solo días después me contactó José Ángel Medina Domínguez, de 31 años y residente en Guatemala, para agradecer el trabajo y solicitar orientación y ayuda.

La misiva de José Ángel conmueve, y obligatoriamente nos hace comparar el sistema social de su Patria y el nuestro, aún con las insatisfacciones, sobre todo de carácter subjetivo que en algunos momentos pudiéramos tener.

Precisa asimismo sentir orgullo por vivir en un país que concibió, junto con Venezuela, la Operación Milagro, una de las misiones de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), para ayudar a los más necesitados de la región, unos seis millones de personas imposibilitadas de acceder al servicio.

En Granma existen dos clínicas de Retinosis Pigmentaria, en Bayamo y Manzanillo (acciones quirúrgicas incluidas), en las cuales gratuitamente son atendidos todos los granmenses aquejados de esa enfermedad y sus familiares, e incluso dos veces al año permanecen ingresados por 15 días para el tratamiento requerido, por un equipo multidisciplinario.

Sin embargo, en el caso de este fraterno centroamericano, las cosas son totalmente diferentes, pues refiere que le diagnosticaron Retinosis Pigmentaria a los 12 años, y su hermano Jorge Alberto Medina Domínguez también la padece desde los cinco.

“Doy gracias a Dios por mi familia, - explica en su carta- mi padre José Ángel (58 años), ingresó conmigo en la Universidad y copiaba por mí. Años más tarde “ambos nos graduamos” de Pedagogos, especialidad que adoro, pero me discriminan. Ya he tenido la mala suerte de ser despedido de varios trabajos por mi afección, debido a los tropezones, es así como actualmente estoy desocupado.

“A pesar de todo, tengo que trabajar, a veces haciendo tareas y labores a estudiantes universitarios o con una u otra asesoría pedagógica, pero no es suficiente, pues debo pagar mucho incluyendo la pensión de mi ex esposa. Soy un padre soltero de dos hijos, eso también se debe a mi problema visual.

‘Hace unos dos años atrás, más o menos, visitamos a dos médicos oftalmólogos cubanos, quienes vinieron a prestar ayuda humanitaria a Guatemala, específicamente a Chimaltanango (departamento), y ellos confirmaron la enfermedad, ahora estoy en espera de una luz de esperanza para mi, pues soy pobre y aquí no hay oportunidades para nosotros.

“Temo que si algún día pierdo la visión, no solamente dejaré de ver los rostros de mis queridos hijos, sino los de mis padres y hermanos y además de ello, pierda la custodia de mis bebés. Tengo miedo, sufro en silencio.”

Cuba brilla con luz propia en todo el mundo, y es faro de América, por eso este hombre desesperado y a la vez optimista, deposita en ella sus esperanzas y reconoce la valía de su Sistema de Salud.

A quienes usamos la pluma como arma para difundir y defender los principios de la Revolución, nos cabe el privilegio de ser “voz” de su incomparable obra y “mano firme” para tender y afianzar el puente de la solidaridad y la amistad.

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